jueves, 29 de mayo de 2014

Querida I,
Escribo un poco tarde y con el recuerdo de ese domingo que nos tomamos lejos de la familia.
Y sin querer, nos sentimos familia.
Caminamos por un barrio duro, deseando que las cosas que se ven ahí nunca se vuelvan invisibles.
Galveston va bien, me gusta que lleve el nombre de una ciudad gringa de bajo perfil. Una calle chiquita, un lugar en Texas que nadie pensaría en visitar.
He caminado de casa al trabajo por nueves días. A veces me encuentro con la misma gente en el camino, es mi forma de saber qué hora es.

Hoy me puse un vestido, se me atoró en un alambre y se rompieron las medias. Caminé hasta la Comercial Mexicana y compré unas nuevas de $80, me las puse en el baño.

¿Qué tal la vida en ese cuarto piso?

M.

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